Es el protagonista de mi novela. Un hombre atormentado por sus fantasmas internos que buscará la redención hundiéndose en el fondo de los infiernos del alma. En una etapa de mi vida pude haber sido él. Pude haberme enrolado en el ejército junto con otro par de amigos y quizás mi novela se hubiera convertido en mi propia vida.
Desde hace muchos años pensé esta historia en mi cabeza. Durante una mala época en el trabajo y comenzando en el terreno personal me refugié en la escritura. Intenté hacer un guión de película (así imaginaba la obra, por planos de grabación, fotografía, etc...) pero su complejidad y poco atractivo hizo que me decantara por escribir en modo novela.
Según iba desarrollando la trama me daba cuenta que sacaba todo de mi propio interior. No era mi vida, no eran mis experiencias, pero había algo que llevaba dentro, algo que me animaba a escribir. El camino que no tomé, la decisión que cambié.
Serra es en parte yo mismo. Alguien que cree en el honor, la fidelidad, el compañerismo, la lealtad y el amor. Desgraciadamente su mundo se viene abajo poco a poco al ir perdiendo todos los valores que eran la fuerza de su espíritu. Una caída en el abismo del dolor interior y de la soledad no buscada.
A veces pienso como él, a veces actúo como él, somos dos partes de un mismo mundo, pero antagonistas en como salir adelante. Carlos se deja llevar por la desesperación y la culpa, yo salgo de mi propio infierno arrastrándome sobre las cenizas.
Cuando tengo momentos de agotamiento, de duda, de miedo... es Carlos Serra el que los tiene. Enfoco en él todos ellos mientras mi verdadero Yo surge y los supera.
Aunque siento su dolor y su rabia, siento su vacío y su soledad, siento su miedo y angustia. Intento darle la mano, traerle conmigo, pero se hunde en su propio mal poco a poco, sin darse cuenta que solo me tiene a mí.
Si, Carlos Serra es mi yo anterior, mi parte imperfecta, mi parte sin rumbo, la parte que dejé de lado hace un tiempo para poder evolucionar, vivir, sentir y avanzar sin miedo ni duda. Aún con todo no le dejaré caer, no me quedaré mirando, no permitiré que se hunda en el abismo, porque su sacrificio ha sido la base de mi vida actual. Cada noche le veré caer y cada mañana le arrastraré conmigo hacia la esperanza.
This is who we are.