A veces en la oscuridad de la monotonía
en el silencio de las palabras vacías
sentados en espacios inertes
vemos pasar un instante de luz
Sombras grises nos rodean
mirando con ojos sin vida
intentando robar nuestra alma
mientras corremos detrás de su estela
Escapamos de estructuras de metal y odio
corriendo por calles de tristeza
esquivando historias del pasado
quemándonos con su calor
Y cuando parece que se escapa
que no podemos alcanzarla
que nuestra tristeza nos arrastra al fondo
de un mundo sin esperanza
En ese momento una mano surge
desde el interior de ese destello
agarrando con fuerza la nuestra
mientras nos eleva con el viento
Subimos a dónde nadie ha subido antes
volamos por encima del dolor y del miedo
la melena del sol nos acaricia
y nos miran sus ojos de cielo azul
Nunca he visto que hay detrás de las nubes
no sé quien mora en ese espacio infinito
desconozco si es un ángel o un demonio
si es el infierno o el paraíso
Pero voy a vivirla, a sentirla
a disfrutar cada segundo de su existencia
hasta sentir la humedad de sus labios
y pasar la eternidad en sus brazos