Ya sé qué me dijiste.
Dijiste:
corre y cógeme si puedes,
cógeme si quieres,
cógeme si tus palabras,
como el viento,
son verdad o sólo cuento,
si eres real o sólo sueño, cógeme...
y yo,
como lobo por la montaña,
corrí a tu encuentro.